Article 3: Right to Life
The first six words of this short article are at the heart of global attempts to end the death penalty. If it enshrines
the right to life, abolitionists argue, how can state-sponsored killing be justified? As South African Anglican Bishop
Desmond Tutu said, “to take a life when a life has been lost is revenge, not justice.”
Drafters of the 1948 Universal Declaration of Human Rights (UDHR) had fresh in their minds Nazi concentration camps and
state-organized slaughter of millions simply because they were not the “correct” sort of person. Article 3 – and closely
related Articles 5 and 9 against torture and arbitrary arrest – were a firm renunciation of Hitler’s belief in the
supremacy of the state to control the lives of individuals.
Chilean drafter Hernan Santa Cruz explained that many of the UDHR’s Articles, are based on the belief that "the
interests of the individual [come] before those of the state and that the state should not be allowed to deprive the
individual of his dignity and his basic rights.”
The right to life has gone on to be one of the core rights accepted by countries; 77 percent of the world’s
constitutions include this right, compared to 27 percent of constitutions in effect in 1945, when the UN was founded.
Article 3 is about much more than the death penalty. It is fundamental to enjoyment of all other rights: after all, you
have to be alive to exercise free speech, get married, or hold nationality.
This was emphasized in a quasi-legal “general comment” document published in October 2018 by the Human Rights Committee,
a body of independent experts that monitors implementation of the International Covenant on Civil and Political Rights,
one of the two covenants that expand on the UDHR.
It noted that the obligation to protect, respect and ensure the right to life covers many other issues including modern
technologies such as the use of drones in armed conflict. Looking to the future, it said environmental degradation,
climate change and unsustainable development represent serious threats to the ability of present and future generations
to enjoy the right to life.
Others have argued that Article 3 embraces many other issues – deprivation of health care that leads to death,
extra-judicial killings, even the use of live ammunition by police forces against unnamed protestors.
Antônio Cançado Trinidade, then President of the Inter-American Court of Human Rights wrote that “the arbitrary
deprivation of life is not limited to the illicit act of homicide; it extends itself to the deprivation of the right to
live with dignity.”
The right to life is amplified in four UN treaties whose stated purpose is to abolish the death penalty, and since 2007
the UN General Assembly has adopted five non-binding resolutions calling for a global moratorium on executions as a step
to eventual abolition. “There is no place for the death penalty in the 21st century,” said former UN Secretary-General
Ban Ki-moon.
When the UDHR was adopted on 10 December 1948, only 14 countries had abolished the death penalty. Seventy years on, more
than two-thirds of UN member states have either abolished it or no longer actually apply it. Even in countries that have
a mandatory death penalty, it is not always enforced by executions. At the end of March 2016, for example, the deputy prime minister
of Malaysia announced that 829 persons had been sentenced to death between 2010 and March 2016 but only 12 executions
had taken place during this time.
Most nations that have abolished the use of the death penalty have cited human rights as a main motivator, while the
steadily dwindling number of nations that retain the death penalty (88) or actually execute people (39), avoid framing
capital punishment as a human rights issue.
Threats to life, however, come not only from state executioners, but sometimes from your neighbor or your partner, from
criminal gangs and armed groups, and States have an obligation to protect their citizens.
Killings of women and girls – by their partners, by strangers, by parents who prefer boys – also constitute a particular
grave and all-too-common abuse of this fundamental right, and females of all ages still often suffer inadequate legal
and physical protection by state authorities and institutions. As Rashida Manjoo, former UN Special Rapporteur on
Violence Against Women put it: “Women subjected to continuous violence are always on ‘death row,’ always in fear of
execution.”
ENDS
More details about the events and campaigns linked to the 70th anniversary will be posted on http://www.standup4humanrights.org/
For more information on the UDHR itself, please visit http://www.un.org/en/universal-declaration-human-rights/
Tag and share - Twitter: @UNHumanRights and Facebook: unitednationshumanrights
Artículo 3: Derecho a la vida.
Las primeras seis palabras de este breve artículo están en el trasfondo de los intentos del mundo por poner fin a la
pena de muerte.
Si el artículo 3 consagra el derecho a la vida, argumentan los abolicionistas, ¿cómo se justifica el asesinato
patrocinado por el Estado? El obispo anglicano sudafricano Desmond Tutu dijo: ”Tomar una vida cuando se ha perdido una
vida es venganza, no justicia."
Artículo 3: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”
Las personas que redactaron la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) en 1948 tenían frescos en su memoria los
campos de concentración nazis y la matanza de millones de seres humanos organizada por el Estado simplemente porque no
eran el tipo de persona "correcta". El artículo 3, y los artículos 5 y 9, contra la tortura y el arresto arbitrario,
están íntimamente relacionados y son una firme renuncia a la creencia de Hitler en la supremacía del Estado para
controlar la vida de las personas.
El chileno Hernán Santa Cruz, uno de los redactores de la Declaración Universal, explicó que muchos de los artículos de
la DUDH se basan en la creencia de que "los intereses de la persona [van] antes que los del Estado y que el Estado no
debe privar al individuo de su dignidad y de sus derechos básicos."
El derecho a la vida se ha convertido en uno de los derechos fundamentales aceptado por muchos países; el 77 por ciento
de las constituciones del mundo incluyen este derecho; en 1945, fecha en que se fundó la ONU, sólo el 27 por ciento de
las constituciones vigentes lo contenían.
El artículo 3 abarca mucho más que la prohibición de la pena de muerte. Este artículo es fundamental para disfrutar de
todos los demás derechos: al fin y al cabo, hay que estar vivo para ejercer la libertad de expresión, casarse o tener
una nacionalidad.
Esto fue recalcado en un "comentario general" cuasi legal y publicado en octubre de 2018 por el Comité de Derechos
Humanos, conformado por un grupo de expertos independientes que monitorea la implementación del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, uno de los dos pactos que desarrolla la DUDH.
El documento señala que la obligación de proteger, respetar y garantizar el derecho a la vida abarca otras situaciones,
incluidas las relacionadas con las nuevas tecnologías, como el uso de drones en conflictos armados. Mirando hacia el
futuro, el comentario general establece que la degradación ambiental, el cambio climático y el desarrollo no sostenible
representan serias amenazas a la capacidad de las generaciones presentes y futuras de disfrutar del derecho a la vida.
Algunas personas han argumentado que el artículo 3 abarca muchos otros temas: la falta de atención médica que conduce a
la muerte, las ejecuciones extrajudiciales, incluso el uso de municiones por parte de la policía contra manifestantes
anónimos.
Antônio Cançado Trinidade, entonces presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, escribió que “la
privación arbitraria de la vida no se limita al acto ilícito del homicidio; se extiende a la privación del derecho a
vivir con dignidad."
Por los menos, 39 ejecuciones se han llevado a cabo en los Estados Unidos a pesar de existir pruebas convincentes de
inocencia o serias dudas sobre la culpabilidad del condenado, según el Centro de Condenas Injustas de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Northwestern.
El derecho a la vida se desarrolla en cuatro tratados de la ONU cuyo propósito expreso es abolir la pena de muerte, y
desde 2007 la Asamblea General de la ONU ha adoptado cinco resoluciones no vinculantes que exigen una moratoria global
de las ejecuciones como un paso hacia la abolición final. "No hay lugar para la pena de muerte en el siglo XXI," dijo el
ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Cuando se adoptó la DUDH el 10 de diciembre de 1948, sólo 14 países habían abolido la pena de muerte. Setenta años
después, más de dos tercios de los Estados miembros de la ONU lo han hecho y ya no la aplican. Incluso en los países que
tienen una pena de muerte obligatoria, no siempre se aplica mediante ejecuciones. A finales de marzo de 2016, por
ejemplo, el viceprimer ministro de Malasia anunció que 829 personas habían sido condenadas a muerte entre 2010 y marzo
de 2016, pero que sólo se habían realizado 12 ejecuciones durante este tiempo.
La mayoría de las naciones que han abolido la pena de muerte han citado los derechos humanos como el principal motivo,
mientras que el número cada vez menor de naciones que conservan la pena de muerte (88), o de hecho ejecutan a personas
(39), evitan enmarcar la pena de muerte como un problema de derechos humanos.
Sin embargo, las amenazas a la vida no sólo provienen de ejecutores estatales, sino a veces del vecino o pareja, de
bandas criminales y de grupos armados, y en estos casos los Estados tienen la obligación de proteger a sus ciudadanos.
Los asesinatos de mujeres y niñas (por parte de sus parejas, por parte de extraños, por parte de padres que prefieren a
los niños) también constituyen un abuso grave y muy común de este derecho fundamental, y las mujeres de todas las edades
siguen sufriendo una protección legal y física inadecuada por parte de las autoridades e instituciones del Estado. Como
dijo Rashida Manjoo, ex Relatora Especial de la ONU sobre Violencia contra las Mujeres: "Las mujeres sometidas a
violencia continua están siempre en el "corredor de la muerte," siempre con miedo a ser ejecutadas."
Este es uno de los artículos publicados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) para
conmemorar el 70 aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de
1948. Todos los derechos consagrados en la DUDH están relacionados entre sí y son igual de importantes.
FIN